Destino
“No se puede tener
todo.
El amor es una emoción demasiado fuerte como para ocultarla durante mucho tiempo. Niégalo y sufre sus consecuencias. Admítelo y sufre las consecuencias. Destaparlo puede ser bochornoso o bien puede ser liberador. Y aunque sea una u otra cosa, son otros quienes lo determinan.”
Ghostgirl de Tonya
Hurley.
Capítulo 1
A
mis casi 30 años, comprendí que era momento de hacer cosas que jamás en mi vida
había realizado, tal vez por miedo o por razones económicas, pero era el
instante de hacerlos, quería hacer un parteaguas de antes y después de los 30.
Desde niña había planeado como sería mi futuro, desgraciada o afortunadamente,
no sabía cómo explicarlo mejor, muchas cosas no se cumplieron. Para empezar, me
había soñado como toda una profesional de la salud, me veía corriendo por el
hospital en guardias, realizando cirugías, a pesar de ello no alcancé el
puntaje requerido para entrar a la carrera de medicina de la mayor casa de
estudios de mi estado, la Universidad de Guadalajara.
Por alguna
circunstancia del destino, acabé graduándome en la carrera que jamás creí que
haría, Derecho se convirtió en mi pasión, y en el transcurso de los semestres
me enamoré de esta profesión. Luego de graduarme encontré rápidamente trabajo
en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, otro lugar en el que jamás
pensé que estaría y que me encantó por completo.
Hasta algunos meses
antes de cumplir 28 años, sentía que no me faltaba nada, tenía un buen trabajo,
una buena carrera, una familia y amigos maravillosos, así como un novio
encantador, no obstante muy dentro de mí, sabía que había cosas que tenía que
realizar, algo que cambiara por completo mi vida.
Desde que era niña,
siempre me había encantado la escritura y la lectura, mi madre me infundo el
amor por los libros, y en los últimos años de la primaria había empezado a crear
mis propias historias, aventuras fantásticas que hacían niños de mi edad, hasta
a mediados de la secundaria escribí toda una saga completa llamada Una gran
aventura. Ya más grande cree otras historias ya un poco más maduras, en donde
el amor era el tema principal, pues siempre me había considerado una romántica
empedernida.
Aunque sabía que tenía
algo de talento escribiendo, jamás había permitido que alguien leyera mis
historias, yo siempre las creaba solo para mí, no había surgido nunca la
necesidad de que alguien más las conociera, sin embargo en los meses anteriores
a mi cumpleaños 28 algo me impulsó a buscar suerte en alguna editorial, solo
por el mero gusto de saber qué tan buenas eran mis historias. Para ese tiempo
necesitaba con urgencia hacer cambios en mi vida, ya estaba demasiado grande
como para conformarme con lo que tenía, veía la vida con más facilidad y había
aprendido a deshacerme de lo que no funcionara, a aventurarme en cosas
desconocidas y a estar feliz cada día de mi vida, porque no sabía cuándo sería
el último.
Así que mandé a una
editorial mi primera historia de Una gran aventura, honestamente jamás creí que
me contestarán mi correo electrónico, en cuanto di clic en el botón de “Enviar”
me sentí liberada, ya había corrido el riesgo, lo que pasara después de eso ya
no sería por mí, con el simple hecho de atreverme a hacerlo me tenía más que
satisfecha.
Otra de las cosas que
constantemente estaban en mi cabeza era mi noviazgo, Carlos era una persona
maravillosa, inteligente, lindo y contaba con una carrera universitaria, él
había sido el hombre con quien siempre soñé estar, aunque claro, la realidad
había superado a la ficción, Carlos era un poco más ñoño de lo que quería, pero
eso era parte de lo que me enamoró desde el principio, sin embargo a pesar de
los 4 años que ya llevábamos juntos, sentía que algo había cambiado entre los
dos.
Al principio de
nuestro noviazgo, él se convirtió en mi todo, para mí era el hombre perfecto,
aunque claro tenía miles de defectos. Cuando cumplimos los dos años, soñé que
me casaría con él y tendríamos una familia juntos, algo que yo pensaba pasaría
en cualquier momento, siempre había planeado que me casaría a los 28 o 29 años,
y que a los treinta ya empezaría a formar una familia. A pesar de esto él no compartía
los mismos planes, claro que quería casarse conmigo, también quería una
familia, pero él sentía que todavía éramos demasiados jóvenes para eso, así que
él pensaba tal vez en comprometerse o casarse a los 30 años.
Después de esta
revelación mi mundo se sacudió por completo, el hecho de casarme a los 30 años
me ponía como loca, esa edad para mí era como demasiado tarde, y el comenzar a
tener hijos a los 32 años era muy arriesgado. En aquel momento mis ilusiones se
cayeron por el suelo, mis planes nuevamente no serían como los había imaginado,
no obstante eso ayudó a cambiar mi perspectiva totalmente, luego de ese tiempo decidí
a tomar las cosas con calma, ya no veía como algo primordial el casarme y tener
hijos, claro que los quería, aun así no iba a presionarme en esos temas, había
prometido que aceptaría lo que tuviera que pasar, si algún día me casaba y
tenía hijos, sería maravilloso, si no sucedía esto, tampoco me martirizaría,
aprendería a vivir con mi día a día, sin pensar demasiado en el futuro.
Así que ya no me
quería casar, quería conocer más antes de poderlo hacer, aventurarme a hacer
cosas que siempre había querido y jamás había hecho se convirtió en mi
prioridad, así que comencé a inscribirme a los cursos que siempre quise, a viajar
a los lugares que siempre solé, esto último podía hacerlo en compañía de mi
novio, mi familia o mis amigas, que la mayor parte del tiempo era con ellas, ya
que era muy difícil coordinar un viaje con mi familia y hasta con mi novio.
Carlos y yo siempre
habíamos querido viajar al extranjero, sin embargo poco tiempo después tomé una
gran decisión, terminé con él. Nadie podía creer lo que había sucedido, siempre
nos vieron como una pareja maravillosa, no sabían el por qué terminamos, la
verdadera razón fue por mí, yo había sido quien decidió dar ese paso, al
principio rezaba porque fuera la decisión correcta, luego de casi 5 años sentía
que la chispa en nuestra relación se había apagado, sentí que había dejado de
amarlo, claro que tenía cariño por él, pero ya no era como antes, no sé si por
nuestras situaciones personales o por costumbre, sin embargo era mejor que
termináramos por el bien de los dos. Terminar con él fue una de las decisiones
más fuertes que tomé, y me dolió en lo profundo de mi ser cómo yo rompía su
corazón, a pesar de ello ya no había marcha atrás.
Luego de romper con
él, sentí como si me hubiera liberado de otra carga más, me sentí mucho más
liviana, no sabía que me tenía deparado el futuro, aun así estaba haciendo
cosas para mejorar, claro rezando en lo más profundo de mi corazón de que todas
esas acciones fueran las correctas.
Aunque yo fui la que terminó
con Carlos, y sabía que ya no lo amaba, atravesé un momento de depresión, pues habían
sido casi cinco años juntos, no era cualquier cosa lo que estaba terminando,
así que tuve mi periodo de duelo, y después traté de continuar con mi vida.
Carlos y yo seguimos siendo amigos, de vez en cuando nos mandábamos mensajes de
texto, yo sabía que tal vez él albergaba la esperanza de que volviéramos, pero
yo sabía que eso nunca pasaría, y eso se lo repetí muchas veces.
A los dos meses de mi
rompimiento, recibí un correo electrónico que cambió mi vida, era la respuesta
de la editorial, después de un largo proceso, mi historia había gustado a los
altos directivos y planeaban publicarla. Yo no podía creer lo que sucedía,
luego de meses de edición, gracias a los maravillosos consejos de Martín Clever
y Susan Fortin, salió a la venta mi primera historia de Una gran aventura, el
cual tuvo un gran recibimiento en el público juvenil.
Obviamente no se
convirtió en un bestseller, sin embargo para ser mi primera historia publicada
había tenido un gran éxito, más de lo que yo pensaba que sería. Aun cuando
comencé a recibir grandes entradas de dinero en mi cuenta bancaria, no dejé mi
trabajo en Ciencias Forenses, amaba esa institución, y sabía que podía combinar
ambos empleos. Con mi primer suelo como escritora, compré la casa que siempre
me había encantado, que se encontraba una cuadra antes de donde yo residía, y
con los siguientes, arreglé la casa en donde viví casi toda mi vida, herencia
que mi abuela materna había dejado a mi madre y que representaba un gran valor
sentimental para ella.
Al ver que ahora
contaba con el suficiente dinero para poder viajar al extranjero, decidí
planear mi primer viaje fuera de México, luego de mucho pensar decidí que el
primer lugar que pisaría fuera de mi país natal sería la ciudad de Los Ángeles,
California. Esta fue una opción muy meditada, pues jamás había pensado en
viajar a esa ciudad, yo crecí con la fascinación de los países europeos,
Inglaterra se convirtió en mi segundo país favorito, después de México, y
siempre había prometido que Londres, sería la primera ciudad que yo visitaría
en el extranjero, sin embargo dejé esa opción para después, aunque me moría por
ir a Inglaterra, tenía que pensar muy bien en mi viaje, debido a varias
circunstancias, primero porque nunca había salido del país, y jamás había estado
en un lugar donde hablaran otro idioma, claro que sabía inglés, ya que
practicaba muchísimo, aun así todavía me sentía un poco tímida respecto al
hablarlo, así que tenía que ser una ciudad en donde podría sentirme un poco más
cómoda.
Los Ángeles era una
ciudad multicultural, muchos de sus habitantes eran latinos, así que aunque el
idioma oficial era el inglés, podría encontrarme a mucha gente en la calle
hablando español. Otra de las razones y que tenía que ver con la que acababa de
explicar era porque viajaría sola, jamás había hecho un viaje sola, antes me
aterrorizaba el simple hecho de pensarlo, luego comprendí que era momento de
hacerlo, me emocionaba el hecho de realizarlo, sería un encuentro conmigo
misma.
Luego de fijar la
ciudad y las fechas en que viajaría, empecé mis trámites para la visa
norteamericana, si por alguna razón me la rechazaban, entonces mi primer viaje
sola sería a un lugar de México, la ciudad de Puebla me había atrapado por
completo y era un lugar al que siempre quise ir, así que si mi plan A que era
viajar a Los Ángeles no funcionaba, entonces aplicaría el plan B con destino a
la ciudad de Puebla.
---------------------------------------------------------------------------------------------
Este es solo el primer capítulo de esta historia, puedes encontrarla completa en la plataforma de Wattpad, Inkspired y Megustaescribir. Les dejo los enlaces donde pueden leerla:
Wattpad:
https://www.wattpad.com/story/239257753-destino
Comentarios
Publicar un comentario