"La llamada"
Miércoles, 19 de agosto de 2025
"Respiro profundamente. Mis manos tiemblan mientras escribo un mensaje de texto. Reviso cada una de las palabras, cuidando la ortografía y la formalidad del mensaje. Cuando lo he leído por quinta vez, contengo la respiración y en un movimiento rápido lo envío.
Mi corazón late furiosamente en cuanto ve las dos palomitas en el chat. Salgo deprisa de la aplicación y trato de poner atención en la computadora, sin embargo, no puedo concentrarme, mi mente sigue pensando en el texto que acabo de mandar. Pongo música para relajarme y lo único que ocasiona la canción que escojo es recordar al destinatario de mi mensaje.
Reviso mi celular esperando una notificación de él, pero no hay nada. Sé que debo de tener paciencia, porque quizás esa persona este ocupada y obviamente no va a contestar inmediatamente.
Mientras trato de que mis dedos recorran rápidamente el teclado de la computadora para continuar con el trabajo, mi corazón sigue palpitando violentamente. Muevo un poco la cabeza, no sé por qué el simple hecho de enviarle un mensaje sencillo me pone muy nerviosa. Bueno, para ser sincera conmigo misma conozco plenamente la razón. Sin negarlo por completo, reconozco que ese hombre de tez morena me tiene totalmente hipnotizada.
Aunque el texto que le acabo de mandar es por trabajo, el sólo hecho de tener algún tipo de contacto con ese dios inalcanzable, me hace ruborizarme y ponerme muy nerviosa.
Unos minutos después recibo una notificación de mensaje y me doy cuenta de que esos ojos negros ha contestado positivamente a mi solicitud, lo que aumenta mi nerviosismo. Suspiro hondo lentamente. Salgo de mi oficina sin avisar, me dirijo al comedor que en ese momento está completamente vacío, lo cual es perfecto para lo que estoy a punto de hacer.
Respiro hondo varias veces. Busco su contacto en mi agenda y con un dedo tembloroso le pongo llamar. En los segundos en que él se tarda en responder, mi corazón vuelve a latir salvajemente. Y entonces cuando ese hombre al que he idealizado por mucho tiempo habla por el otro lado del auricular, me congelo, no sé cómo reaccionar.
Mi mente me obliga a regresar a la realidad, y respondo con un tímido saludo. Luego de plantearle mis preguntas, intento no perderme en la dulzura de su voz al escucharlo. Durante esa llamada telefónica pronuncio cada palabra lentamente para no trabarme, lo menos que quiero es que él piense que soy una tonta. Esos once minutos que dura la plática me siento como en un sueño. No puedo creer que este hablando con el ladrón de mis pensamientos.
Cuando él muy amablemente ha resuelto mis dudas, agradezco todas sus atenciones y sin muchas ganas colgamos. Me quedo ahí en la mesa atontada por unos minutos. Hago ejercicios de respiración para poner al ritmo normal mis palpitaciones. Una sonrisa enorme aparece en mi rostro y me dirijo hacia la oficina con un tono rosa en mis mejillas.
Camino hacia mi lugar de forma automática, puesto que mi cabeza continúa pensando en él, y en todo lo que este me hace sentir. Sigo sin entender cómo una persona a la que nunca he tocado, que muy pocas veces he tenido de frente, puede provocar tantas cosas en mí. Regreso a mis labores cotidianas todavía con el sonido de su voz en mi mente, y eso hace que la jornada laboral continúe de una manera maravillosa. Muy en el fondo me surge el deseo de volver en el tiempo para regresar a esa llamada, en la que solamente estamos nosotros dos."
K.H.
Comentarios
Publicar un comentario