"El primer te amo"
Domingo, 23 de marzo de 2025
"Se supone que la primera vez que alguien te dice que te ama debería de ser un momento mágico. Una escena de cuento de hadas que perdurará para la eternidad. De esa misma forma se cree que después de dicha confesión debería de haber por respuesta un: yo también te amo.
Desgraciadamente en mi historia de amor, aquella escena no fue la de un sueño, fue la de una película trágica con un desenlace inesperado.
Siempre cuando tienes pareja surge la pregunta curiosa de quién de los dos fue el primero en decir te amo. Y puedo confesarles que fue él. Y que haría todo lo que estuviera en mis manos para regresar atrás y hacer las cosas bien.
En ese tiempo, yo lo había acompañado a un viaje de trabajo. Llevábamos casi un año saliendo. Cuando iniciamos lo que sea que tuviéramos, jamás pusimos reglas, ni etiquetas. Nos bastaba con lo que teníamos, habíamos acordado tácitamente en dejar que fluyera todo.
Ese día gris en mi vida acabábamos de tener una noche maravillosa. Recorrimos la ciudad tomados de la mano, degustamos una exquisita cena en un restaurante local y terminamos con un romántico baile a la mitad de la habitación del hotel.
Al terminar la canción de nuestro baile, los dos nos detuvimos. Él me tomó de ambas manos y mirándome a los ojos lo dijo. Te amo. No obstante, mi rostro le reveló todo. Entré en pánico, totalmente sorprendida por la revelación. Ese chico de ojos color negro al ver que yo no reaccionaba, continuó con su discurso.
- Sé que cuando empezamos a salir, jamás hablamos de tener algo más allá. Sin embargo, en este casi año que tenemos juntos, he comenzado a sentir cosas que jamás pensé que sentiría. Me he enamorado de ti. En los últimos meses he sentido que lo que tenemos ya no me es suficiente. Quiero más. Deseo tener una relación seria contigo. Quiero tener una relación real, verdadera. Me gustaría caminar por las calles tomados de la mano, sin importar quién nos vea. Ya no quiero esconderme entre las cuatro paredes de una habitación. Quiero presentarte a mis amigos. Llevarte a reuniones con mi familia, y si todo va bien, y estás de acuerdo, en algún momento me gustaría que conozcas a mis hijos. Quiero un todo contigo. Anhelo un futuro en el que estés tú.
Ante estas declaraciones se quedó callado, en espera de mi respuesta. Con el paso de los segundos su respiración aumentaba, señal de su nerviosismo que iba en incremento.
En ese instante el mundo me daba vueltas. Todo transcurrió para mí como en cámara rápida, y lo único que recuerdo contestar en voz baja fue un: No puedo.
Dicho esto, salí de la habitación como Cenicienta al dar las campanadas de las doce de la noche. Lo poco que puedo recordar es cómo lo dejé ahí, plantado en el centro de la habitación, con un rostro triste y un corazón roto."
K.H.
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