"Sala de llegadas"
Domingo, 09 de noviembre de 2025
"Estoy parada nerviosamente en la sala de llegadas del aeropuerto. Trato de disimular ante mi amigo que me acompaña. Lo miro de reojo y en silencio le agradezco lo que está haciendo en ese momento, que, aunque sé que la persona que recibiremos también es su amigo, en cierta manera me hizo un favor en dejar que lo acompañara para recogerlo en el aeropuerto.
Respiro hondo y reviso mi bolsa para cerciorarme de que una caja de regalo en color azul se encuentra ahí. Me pongo más nerviosa al pensar en el momento en que se lo daré. Sé que debe de ser antes de que lleguen los demás. No quiero mal entendidos ni chismes, lo único que deseo es que ese momento sea mágico.
En lo que esperamos a que él aparezca atravesando la puerta, pienso en el contenido del regalo. Lo primero que pensé en regalarle fue un libro. No sé si le guste leer, pero lo he idealizado por tantos años que he elegido con cuidado el libro perfecto para él. El segundo regalo consiste en una pluma que sé que puede serle de utilidad debido a su trabajo, obviamente en color azul, mi color, el cual tristemente había tenido un problemita que ojalá no sea muy notorio, junto a dos bolsas de dulces versión Halloween.
Mientras seguimos en la espera, mi amigo y yo platicamos de todo. Entonces a lo lejos él aparece. Mis ojos se iluminan. Mi mente me dice que es mucho más guapo de como lo recordaba, y el reencuentro sucede luego de casi cuatro años de espera.
Él saluda a mi acompañante como viejos amigos, y luego se acerca conmigo para saludar cordialmente. Intento no verme más feliz de lo que realmente estoy. Nos quedamos ahí platicando un buen rato, haciendo tiempo en lo que llegan las otras dos personas. Entonces después de un suspiro hondo, decido que es el tiempo de entregarle el regalo, antes de que arribe alguien más.
Interrumpo la conversación y comento que tengo un regalo para él, por todas las muestras de atención que ha tenido conmigo durante el año, ya que lo he molestado mucho con ciertas dudas del trabajo, y que él muy cortésmente contesta, a pesar de la distancia y del horario. Él sonríe y puedo percibir que se pone un poco nervioso por el detalle. Mira la caja y luego de unos minutos pregunta si puede abrirlo, a lo que respondo que sí. Lo primero que ve al quitar la tapa son los dulces y debajo de estos el libro. Él agradece por el presente y comenta que justamente estaba pensando en comprar otro libro, puesto que el que está leyendo ya va a terminarlo.
Nerviosamente comento que ojalá le guste la lectura y seguimos con otro tema. Poco a poco van llegando las personas faltantes y cuando estamos completos nos dirigimos hacia el estacionamiento. Durante el trayecto, aunque trato de no caminar a su lado, no sé en que momento acabo por tenerlo a mi lado derecho. En el camino entre ellos platican, yo solamente escucho los temas de conversación. Él de vez en cuando charla conmigo. Al subir a la camioneta mi amigo toma el asiento del conductor y yo el del copiloto. Él se sienta en la parte de atrás de nosotros y seguimos con la plática.
En lo que llegamos al hotel seguimos los tres charlando alegremente. El hecho de poder tener esa oportunidad de intercambiar algunas palabras en persona con él me hace muy feliz, un sueño hecho realidad. Entonces luego de un viaje largo, me despido de él cordialmente y aunque quizás tarde otros cuatro años en volver a verlo en persona, ese momento ya quedó marcado en mi memoria por el resto de mi vida, pero sobre todo de mi corazón."
A.K.H.S.

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