Memorias de una historia
Una gran aventura
En esta ocasión quiero platicarles un poco de una historia que poco a hablo de ella: Una gran aventura.
Desde que estaba en los últimos grados de la primaria comencé a escribir esas grandes historias que mi imaginación creaba, resultado de los libros que había leído a mi corta edad. A los once años en que entré a la secundaria, y gracias a una computadora que mi padre había comprado, me adentré a escribir una historia que rondaba por mi mente.
En aquella época no sabía cómo debía narrarla, pero no me importaba mucho eso, así que conforme mi cabeza soltaba las palabras, así las iba escribiendo. Una gran aventura cuenta la historia de un grupo de niños que viven conflictos sociales, familiares y que por curiosidad descubren un gran misterio que ronda una casa abandonada con una larga lista de leyendas urbanas.
La magia es una parte esencial de esta narración y los locos enredos en los que se meten los niños son fantásticos. Cuando escribí esta historia estaba super emocionada porque era la primera que me atrevía a completar y me sentía como esos grandes autores de los cuales amaba sus libros.
Al principio llamé a esta historia como Una gran aventura: El inicio, porque poco después de terminar de escribirla, surgieron nuevas ideas y acabé escribiendo toda una saga, si mal no recuerdo cree cuatro más, con los mismos protagonistas, pero un poco más grandes, como todos unos adolescentes y en diferentes escenarios y lugares del mundo, que al final acababan de reencontrarse en donde todo empezó.
Yo estaba demasiado emocionada con lo que había creado, desgraciadamente en aquel tiempo, solamente existía en mi casa una sola computadora de escritorio para los cuatro habitantes de la misma, y un día que regresé de la secundaria me encontré con la triste y trágica noticia de que mi padre, como solía hacerlo siempre que no funcionaba por alguna razón la computadora, la había formateado, eliminando todo el contenido de la misma.
Obviamente, y les seré muy sincera, esto me entristeció demasiado, creo que hasta lloré de enojo, pero no dije nada, porque nadie sabía a ciencia cierta que yo escribía, aunque a mis casi treinta años, tengo la leve sospecha de que mi madre ya desde entonces sabía lo que hacía.
Pude recuperar Una gran aventura, porque la había escrito en un cuaderno a mano y luego había surgido esa grata y emocionante idea de escribirla a computadora, aunque siempre he sido de la idea de escribir a mano, porque es una sensación única, también he de confesar que la manera en que mis dedos tocan el teclado de la computadora es mágica, por lo que desde entonces he escrito primero a mano y los siguientes borradores son trasladados en digital, sobre todo para evitar aquella trágica situación.
Luego de lo sucedido y de leerla miles de veces, por ahí del 2010 cuando abrí este blog, comencé a escribir Bitácora de recuerdos, sin saber que así la llamaría años después, y me atreví a compartir por primera vez al público Una gran aventura, la cual en su tiempo recibió muchísimas visitas.
En mi mente ronda el sentarme y poder reescribirla, así como plasmar toda la saga completa que aun sigue en mi cabeza la idea general, espero poder hacerlo muy pronto y enseñarles lo que mi imaginación de once años creó.
En lo que me animo a reescribirla, los invito a que la lean en las primeras entradas de este blog y me den su opinión de la misma.
Les dejo el enlace del primer capítulo a continuación:
https://rincondecreatividadliteraria.blogspot.com/2010/01/una-gran-aventura-el-inicio.html
Por lo pronto, los dejo y nos vemos en la siguiente entrada.
Cuídense mucho.
Karina Hernández.
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